Definición de sujeto, tipos y cómo se identifican en una oración

El sujeto es uno de los elementos principales en una oración, ya que indica quién o qué está realizando una acción o sobre quién recae dicha acción. En cualquier oración, este componente es como el protagonista de una pequeña historia, el que lleva a cabo lo que se describe o el que recibe algún tipo de acción.

Por ejemplo, en la frase “El gato juega con la pelota”, el protagonista es “El gato”, pues es quien está realizando la acción de jugar. Sin embargo, en otras ocasiones, esta parte de la oración no aparece de forma directa y debemos identificarlo a través de pistas que nos da el verbo y el contexto.

A lo largo de esta guía, exploraremos en detalle cómo funciona, sus diferentes tipos y aprenderemos estrategias para identificarlo de manera sencilla en oraciones.

El sujeto es la palabra o conjunto de palabras que indica de quién o de qué se está hablando en una oración y siempre está relacionado con el verbo, ya que es quien realiza o recibe la acción descrita. En la mayoría de los casos, el sujeto es quien lleva a cabo la acción del verbo, aunque también puede ser la persona, cosa o concepto sobre el que recae la acción.

Ejemplo:

  • “Lucía lee un libro en el parque.” En esta oración, “Lucía” es quien está ejecutando la acción de leer.

Es importante recordar que en todas las oraciones completas hay un sujeto, aunque a veces esté implícito o no se encuentre de forma visible en la oración.

A continuación, vamos a aprender los diferentes tipos que existen y cómo se usan para dar distintos significados a las oraciones.

El expreso aparece claramente en la oración, escrito y visible. Podemos identificarlo sin dificultad porque está presente en la estructura de la oración.

Ejemplo:

  • “Los niños juegan en el parque.” Aquí, “Los niños” es el sujeto expreso, pues está visible y es fácil de reconocer como quien realiza la acción de jugar.

El tácito, también conocido como elíptico, es aquel que no se menciona de forma directa, pero que podemos entender por el contexto de la oración o por la conjugación del verbo. Este tipo se infiere a partir de la información que da el verbo.

Ejemplo:

  • “Corremos hacia la meta.” Aunque el sujeto no está escrito, sabemos que es “nosotros” por la forma del verbo “corremos”, que está en primera persona del plural.

También se puede clasificar según la cantidad de palabras que lo componen, lo cual afecta cómo se presenta en la oración. Aquí veremos dos clasificaciones principales:

Uno simple tiene un solo núcleo, es decir, una sola palabra principal que realiza la acción o recibe el efecto de ella. Este núcleo puede ser un sustantivo (como “niño”, “perro” o “flor”) o un pronombre (como “él”, “ella”, “nosotros”).

Ejemplo:

  • “El perro duerme en la cama.” En este caso, “El perro” es simple, ya que solo tiene un núcleo: “perro”.

El compuesto tiene dos o más núcleos, lo que significa que hay más de una persona, cosa o concepto que realiza o recibe la acción. En estos casos, el sujeto está formado por varias palabras conectadas por conjunciones (como “y” o “o”).

Ejemplo:

  • “Carlos y Ana cantan en el coro.” Aquí, “Carlos y Ana” forman uno compuesto, ya que ambos llevan a cabo la acción de cantar.

Otra forma de entender al sujeto es identificar si realiza la acción o si la recibe. Esto nos da las categorías de sujeto agente y sujeto paciente, especialmente útiles cuando trabajamos con oraciones activas y pasivas.

El agente es el que realiza la acción del verbo. Este tipo es común en oraciones activas, donde es claramente quien lleva a cabo la acción que se menciona en el verbo.

Ejemplo:

  • “El panadero hornea el pan.” En esta oración, “El panadero” es quien está realizando la acción de hornear.

El paciente, en cambio, es quien recibe la acción del verbo en una oración pasiva. En estos casos, la oración describe una acción que recae sobre el sujeto en lugar de ser realizada por él.

Ejemplo:

  • “La carta fue escrita por Juan.” Aquí, “La carta” es quien recibe la acción de ser escrita.

Para identificar el sujeto en una oración, podemos seguir algunos pasos o hacer ciertas preguntas. Aquí tienes algunas estrategias prácticas para encontrarlo:

Una forma sencilla de localizarlo es preguntar “¿quién?” antes del verbo. La respuesta será, en la mayoría de los casos, el sujeto de la oración.

Ejemplo:

  • “Los gatos juegan en el jardín.” Si preguntamos “¿Quién juega?”, la respuesta es “Los gatos”.

El núcleo es la palabra principal dentro del sujeto, generalmente un sustantivo o pronombre. Identificar este núcleo facilita la búsqueda del mismo y ayuda a comprender la estructura de la oración.

Ejemplo:

  • En la frase “La montaña nevada es hermosa,” el núcleo es “montaña”.

El verbo y el sujeto deben concordar en número y persona. Esto significa que, si el verbo está en plural, el sujeto también estará en plural, y lo mismo ocurre si es singular.

Ejemplo:

  • “Las niñas juegan en el parque.” Aquí, “niñas” y “juegan” están en plural, por lo que coinciden.

Para consolidar lo aprendido, veamos una serie de ejemplos con distintos tipos. Estos ejemplos ayudarán a identificar los diferentes usos y características en la gramática.

  1. Expreso:
    • “El árbol crece rápidamente.” Solución: “El árbol”.
  2. Tácito:
    • “Corremos hacia la línea de meta.” Solución implícita: “Nosotros”.
  3. Simple:
    • “La luna brilla en el cielo.” Solución: “La luna”.
  4. Compuesto:
    • “Los estudiantes y los maestros organizan el evento.” Solución: “Los estudiantes y los maestros”.
  5. Agente:
    • “La chef prepara el postre.” Solución: “La chef”.
  6. Paciente:
    • “El mural fue pintado por los alumnos.” Solución: “El mural”.

El sujeto es una parte fundamental de la gramática, ya que nos permite estructurar y comprender correctamente las oraciones.

Gracias a él, podemos identificar a los protagonistas de las acciones, entender quién hace qué, y relacionar cada verbo con la persona, animal, objeto o idea que está realizando o recibiendo la acción.

Conocer y entender cómo funciona también facilita el aprendizaje de la concordancia y estructura correcta en la construcción de frases, lo cual es la base de la sintaxis. Para los estudiantes de primaria, este es un concepto clave, pues dominar el uso del mismo les permitirá comunicarse de manera más precisa y efectiva.

Es esencial tanto en la expresión escrita como en la oral, ya que organiza el mensaje y permite al oyente o lector comprender claramente de quién o de qué se está hablando. Además, aprender a identificarlo mejora la habilidad para analizar oraciones y desarrollar una sintaxis correcta.

Para los docentes y padres, enseñar el concepto del sujeto puede ser más efectivo si se utilizan algunos trucos prácticos y ejemplos visuales. Aquí algunas ideas:

  1. Usar Dibujos y Personajes: Ayuda a los niños a visualizarlo dibujando personajes que realizan distintas acciones. Por ejemplo, dibujar un niño que “salta” y preguntar quién está saltando.
  2. Historias Cortas: Crear historias en las que los niños identifiquen a los protagonistas y qué acción realizan. Ejemplo: “El gato duerme y la niña lee.”
  3. Juego de Preguntas: Formule preguntas como “¿Quién hace esto?” o “¿Qué cosa es importante aquí?” para que los estudiantes respondan.

Comprender el sujeto en una oración es fundamental para el desarrollo de habilidades lingüísticas. El mismo nos permite saber quién o qué realiza o recibe la acción en cualquier mensaje, aportando claridad y organización a la comunicación. Ahora que conoces los tipos que hay y cómo identificarlos, estás listo para analizar oraciones de manera precisa y enriquecer tu comprensión del lenguaje.

Con práctica y atención, este concepto se convertirá en una herramienta clave para expresarte correctamente y entender la estructura del lenguaje. ¡Sigue practicando y verás cómo te vuelves un experto en sintaxis!

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